jueves, 29 de mayo de 2008

El Dragón Verde

“El Dragón Verde debe ser un hombre normal, de cualquier edad, aunque no más de sesenta y cinco años (por una cuestión de la calidad del semen), ni un taoísta fanático, según acabamos de ver. Además tiene que ser una persona amable y madura, con quien la Tigresa se sienta a gusto. De lo que se trata es de generar un clima de confianza con el Dragón Verde, y huir de la figura del “machote” que difícilmente aceptaría la manera de proceder de la Tigresa. Con los Dragones Verdes, la Tigresa intentará disfrutar pero en ningún caso se podrá enamorar de ellos. Por eso, para no crear ningún tipo de vínculos emocionales, elige hombres que no tienen nada que ver con su entorno. La Tigresa se guía mucho por su intuición y si un Dragón Verde le da malas vibraciones al principio, no entablará relaciones con él. Ahora bien, si es limpio, educado y de personalidad atrayente, entonces la Tigresa podrá reunirse con él hasta nueve veces como máximo. Así el Dragón Verde no tendrá posibilidad de apegarse a ella. Y la Tigresa evitará que el Dragón quiera practicar otra cosa que no sea la felación, por ejemplo, el coito. La Tigresa no tiene ningún remordimiento en usar la mentira para que sus encuentros sexuales se limiten a eso: a puros encuentros sexuales, de forma que a veces le hace creer al Dragón que está casada o comprometida, para disuadirle de iniciar cualquier tipo de relación seria. Después de estar nueve veces con él, no lo verá durante seis meses, el tiempo necesario para que el Dragón se reponga de tantas felaciones “frenéticas” (la Tigresa intenta siempre durante una sesión que el Dragón tenga tres orgasmos consecutivos hasta caer rendido). Así la echará de menos y evitará un excesivo apego. Pasado el tiempo de descanso, la Tigresa lo vuelve a ver durante nueve semanas y así sucesivamente hasta finalizar sus tres años de aprendizaje.”

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