domingo, 25 de mayo de 2008

Simón Radowitzky


En 1906, Figueroa Alcorta era presidente de Argentina. El coronel Ramón L. Falcón (quien fuera diputado entre 1898 y 1902), asumía el cargo de jefe de la policía federal en aquél año. Le decían "El perro". Falcón había sido el cadete número uno recibido en el Colegio Militar creado por Sarmiento Comenzaba a gestarse en Argentina la organización sindical, presentándose una influencia mayoritaria de Socialistas y Anarquistas. A estos últimos les había dedicado Falcón un cuerpo especial de investigaciones.
El 1° de mayo de 1909, dos actos obreros se organizaban para conmemorar esta fecha. Cada uno de ellos correspondía a determinadas centrales obreras. En Plaza Lorea, se produjo una refriega entre la policía y los obreros anarquistas. RAMÓN FALCÓN EN PERSONA DIRIGÍA ESA MATANZA.
Muchos muertos, heridos, detenidos, fueron el saldo de esa jornada. Los gritos de ¡"guerra a los burgueses"!, o ¡"mueran los cosacos"!, se escuchaban por las avenidas céntricas durante aquél día. A esta situación social le sucedió una huelga convocada por las centrales obreras, la cual duró una semana. La misma sería masiva y violenta en toda la ciudad de Buenos Aires. El 14 de noviembre de 1909, en la esquina de las avenidas Quintana y Callao, una bomba "siempre dedicada ..." según comentaba el propio jefe de policía, terminaba con su vida y la de su ayudante. Atrás quedaron sus incursiones violentas y prepotentes en los desalojos, en las huelgas, en contra de las fábricas tomadas, en contra de los actos y manifestaciones obreras.
Los medios de la época tanto los tradicionales como los del Partido Socialista hablaban de "terrorismo" y de "pasión fanática". O "loco sin nombre ni patria". El autor, fue Simón Radowisky (en la foto), un joven de 18 años, ucraniano-argentino, y obrero metalúrgico, quien fue enviado detenido a la cárcel de Ushuaia, donde permaneció durante 21 años, hasta ser indultado por Hipólito Irigoyen, presidente de Argentina.
En la prisión, sólo comparable con la de la Isla del Diablo, Radowitzky se convertirá en el "mártir de la anarquía". Será un místico de la resistencia y del altruismo con los demás presos. Protagonizará una huida legendaria a través de los canales fueguinos hasta que es capturado por un buque de guerra chileno y entregado a los carceleros argentinos. Todos los castigos inimaginables serán entonces para él. Aunque enfermo de tuberculosis, el clima del extremo sur y el aislamiento no lo amedrentan y sigue siendo el defensor de los demás presos para quienes Simón es una personalidad mística y al que admiran casi con respeto religioso.
Sus compañeros de ideas de todo el país no lo abandonaron en ningún momento. Miles de mitines y su nombre siempre en la primera página de sus publicaciones. Hasta que en 1930, Yrigoyen firmará el indulto. Pero el gobierno radical no se aguanta al carismático atentador en territorio argentino y lo expulsa al Uruguay. Allí será detenido y poco después soportará presidio en la isla de Flores. Hasta que en 1936, ya en libertad, marchará a la Guerra Civil española a luchar contra el fascismo de Franco. Morirá en México en 1956 mientras trabajaba de obrero en una fábrica de juguetes, el mejor oficio que puede tener un ser humano.



No se anduvo por las ramas y, aunque se hacen muchos esfuerzos por mantener su nombre en el anonimato, creo que es un personaje que se debe conocer.

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